

No se trata de gastar el equivalente al importe del coche en plásticos que disfracen su aspecto, pero la base del “tuning” que comienza a hacer furor en Estados Unidos es la misma que la del “tuning” europeo. Los conductores buscan que su automóvil no se parezca a ningún otro y, para ello, no han dudado en recurrir a las piezas que, normalmente, los fabricantes nipones sólo venden en su territorio nacional.
Este fenómeno ha dado lugar a una industria de la importación bastante rentable: llantas, espejos, mecánicas y grupos ópticos que, en principio, se destinan al mercado japonés pueden encontrarse en los coches de cualquier región estadounidense.
Las páginas web de los distribuidores nipones también se han convertido en una fuente inagotable de nuevos elementos para los vehículos. Los componentes japoneses de los Mitsubishi Lancer Evo, los Subaru WRX o los Nissan 350Z están entre las piezas más demandadas. Los más buscados son los elementos originales de los modelos Type R de Honda.
Este fenómeno ha dado lugar a una industria de la importación bastante rentable: llantas, espejos, mecánicas y grupos ópticos que, en principio, se destinan al mercado japonés pueden encontrarse en los coches de cualquier región estadounidense.
Las páginas web de los distribuidores nipones también se han convertido en una fuente inagotable de nuevos elementos para los vehículos. Los componentes japoneses de los Mitsubishi Lancer Evo, los Subaru WRX o los Nissan 350Z están entre las piezas más demandadas. Los más buscados son los elementos originales de los modelos Type R de Honda.
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